Buenas noches, el orgullo de una isla.

 

Buenas noches, el orgullo de una isla.

Ayer sábado 24 de mayo de 2025 se vivió en el Estadio de Gran Canaria uno de los mayores espectáculos musicales de la historia de las Islas. No sólo por su magnitud en cuanto a infraestructura o material audiovisual y de iluminación; tampoco por su espectacular asistencia de público con más de 40.000 personas divididas en unas gradas y una pista a rebosar, que durante los días previos habían dejado sentir el nerviosismo y las ganas por semejante espectáculo por toda la ciudad. No es sólo el mayor espectáculo musical por sus números en lo económico o en lo social. Para los grancanarios, esta historia va mucho más allá...

José Carlos Guerra, La Provincia

Ayer, un joven llamado Pedro Luis Domínguez Quevedo no fue el único en cumplir un sueño, coronando quizás uno de los momentos más gloriosos de su aún corta, pero exitosa carrera musical. Ayer también se cumplió el sueño de muchos canarios que, como yo, desde hace años vimos en ese joven con el pelo rizado y voz ronca un diamante en bruto, capaz de convertirse en una estrella y romper con las normas preestablecidas en el mundo de la música, siguiendo un camino al estrellato fuera de lo que marcan los cánones.

Me van a perdonar si durante estas líneas empleo demasiado la primera persona, pero, en lo personal, el orgullo que siento por ver en lo que ha derivado lo que hace unos cinco años eran pequeños videos en Instagram, a los que reaccionábamos unas pocas personas, y que hoy se han convertido en lanzamientos musicales a nivel mundial, capaces de batir récords nacionales e internacionales («pegado en la isla, pegado en España y pegado en el mundo entero»), es tan grande que siento que no me cabe en el pecho.

Lo de ayer no fue tan solo un concierto musical, o un escaparate de Gran Canaria al mundo a través de los múltiples invitados y sorpresas (Lucho RK, La Pantera, Maikel Delacalle, Delaossa, Lola Índigo, incluso con los insignes Gofiones y sin olvidar a Pablo Vera...), sino que supuso un hito en la carrera musical de Quevedo y un hito en el ideario colectivo de los jóvenes de Gran Canaria.

La historia de Pedro, Quevedo, no es el cuento de un chico con suerte que ha conseguido cumplir su sueño como por arte de magia. Es una radiografía de la capacidad que los jóvenes canarios tenemos si realmente creemos en nuestro sueño y decidimos lanzarnos y luchar por él. Nada de suerte: tuvo que sacarse las castañas del fuego, tomar decisiones difíciles, como abandonar los estudios y centrarse en lo que el creía que sería su medio de vida («esto no es un tema, es mi proyecto de vida»). Una auténtica apuesta más que arriesgada... y bendita apuesta, Pedro. Tampoco podemos hablar de magia, pues sus valores y su educación son lo que le han permitido llegar tan lejos en tan poco tiempo. Esa capacidad de, aún rodeado de lujos, premios y personalidades, seguir mostrándose humilde, cercano, y sobre todo, isleño. «Una pintadera me protege de todos los males...» como el mismo nos cuenta en su canción La Última, como fiel ejemplo de su sentimiento isleño.

                       

Arcadio Suárez, Canarias 7

Como decía, esto va más allá de la música. Quevedo es un ejemplo a seguir para los jóvenes de la isla, y en cierto modo para los no tan jóvenes. Es un fiel reflejo de una triste realidad para los canarios, que aún con un inmenso talento y capacidad, debemos vernos obligados a salir de las islas, aunque sea temporalmente, para poder obtener verdadero reconocimiento y encontrar las oportunidades que aquí, o no existen, o son de difícil acceso. Pedro es la muestra de que con trabajo, respeto, humildad y con la capacidad de rodearse de la gente adecuada, (sacrificando muchísimas cosas como él mismo nos cuenta en sus canciones), se puede llegar a donde uno quiere.

Pedro no es solo un referente de lo anterior, sino que también lo fue hace unos meses en algo más: en saber parar. En tener el inmenso valor de detenerse para entender lo que le estaba sucediendo («todo está pasando muy rápido, me da vértigo cada vez que lo pienso», de su canción Ahora y Siempre era un claro reflejo de esto), reinventarse y volver con más fuerza aún. En un momento en el que hablar de salud mental es todavía tabú, él dio un paso al frente y normalizó el parar con el fin de ordenar las ideas y poder ser consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor, de eso Pedro, hasta de eso has sido un referente.

Atrás ha quedado ese chaval que con 19 años comenzó a arriesgar todo, a colaborar con artistas más y menos conocidos de todo tipo, y poco a poco, a abrirse camino en un mundo tan complejo como el musical. Este ha sido el mayor concierto de su carrera. Él lo sabía, y efectivamente lo ha sido. Ha sido el hito absoluto, el orgullo máximo de aquellos canarios que comenzamos a apoyarlo cuando pocos sabían quién era y a ver en él la estrella que llevaba dentro. 

          Arcadio Suárez, Canarias 7

Como él mismo dijo anoche, fuimos los que le dimos la fama, somos los que le hemos dado la oportunidad para llegar a donde está ahora. Pueda que tenga razón, pero no te equivoques Pedro, porque esto no ha ido en una sola dirección. Tu también nos has dado un motivo de orgullo, una inspiración y una auténtica razón, en estos tiempos que corren, para ver que con trabajo, sacrificio y esfuerzo, el éxito puede llegar, e incluso hacerlo hasta cotas que ni en nuestros mejores sueños podríamos imaginar.

Gracias, Pedro, de nuevo, por todo. Puede que nosotros ayer llenáramos el Estadio de Gran Canaria, pero tú, con tu sonrisa, tu humildad y tu ejemplo, nos has llenado a todos nosotros de orgullo y nos has dado el mayor ejemplo a seguir que esta generación de jóvenes canarios ha podido encontrar.

Y que esta historia tuya, sirva también para recordarnos a todos que el talento canario no necesita pedir permiso. Que no debemos esperar a que nos validen desde fuera para creer en lo que somos capaces de hacer desde dentro. Porque, como tú nos has enseñado, a veces los sueños también salen de una isla.

De nuevo, gracias. 

Buenas Noches.


Héctor Fernández Izquierdo 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo primero debería ser, pedir perdón.

Lo que le pasó a Puerto Rico.